¿Sabías que la voz es uno de los elementos más importantes de la comunicación? La voz no solo transmite el contenido de tu mensaje, sino también tu personalidad, tu estado de ánimo, tu intención y tu nivel de confianza. La voz puede hacer que tu mensaje sea más o menos creíble, persuasivo, emocionante y memorable.
Pero no todas las voces son iguales. Hay voces que captan la atención de la audiencia, que transmiten claridad y expresividad, que generan empatía y motivación, y que logran que el mensaje se quede grabado en la mente de los oyentes. Y hay otras voces que pasan desapercibidas, que provocan aburrimiento y distracción, que causan confusión y rechazo, y que se olvidan fácilmente.
¿Qué diferencia a unas voces de otras? La respuesta es la locución. La locución es el arte de usar la voz de forma adecuada para comunicar un mensaje. La locución implica controlar y variar diferentes aspectos de la voz, como el tono, el ritmo, el volumen, la claridad y la expresividad.
En este artículo, te vamos a explicar cómo la locución adecuada puede aumentar la retención de tu mensaje, es decir, la capacidad de que tu mensaje se recuerde y se comprenda por tu audiencia. También te vamos a dar algunos consejos prácticos para mejorar tu locución y potenciar el poder de tu voz.
Antes de entrar en detalle sobre cómo la locución adecuada puede aumentar la retención de tu mensaje, vamos a explicar por qué es importante que tu mensaje se retenga.
La retención del mensaje es el objetivo final de cualquier comunicación. Cuando comunicas algo, quieres que tu audiencia lo recuerde y lo comprenda, ya sea para informar, persuadir, entretener o educar. Si tu mensaje no se retiene, significa que tu comunicación ha sido ineficaz y que has perdido una oportunidad de conectar con tu audiencia.
La retención del mensaje depende de varios factores, como el contenido, el contexto, el canal y el receptor. Pero uno de los factores más determinantes es el emisor, es decir, tú y tu forma de comunicar. Si quieres que tu mensaje se retenga, tienes que cuidar tanto lo que dices como cómo lo dices.
Y aquí es donde entra en juego la locución. La locución es una de las herramientas más poderosas que tienes a tu disposición para mejorar la retención de tu mensaje. La locución puede hacer que tu mensaje sea más atractivo, más comprensible, más convincente y más memorable.
Veamos cómo.
La locución adecuada puede aumentar la retención de tu mensaje de cuatro formas principales:
• Captando la atención de la audiencia
• Facilitando la comprensión del mensaje
• Generando persuasión y credibilidad
• Estimulando la memoria y el aprendizaje
La primera forma en que la locución adecuada puede aumentar la retención de tu mensaje es captando la atención de la audiencia. La atención es el primer paso para que tu mensaje se retenga, ya que si tu audiencia no te presta atención, no podrá procesar ni recordar tu mensaje.
Para captar la atención de la audiencia, tienes que usar tu voz de forma que despierte su interés y su curiosidad. Para ello, puedes usar las siguientes técnicas de locución:
• Variar el tono: El tono es la altura de la voz, que puede ser más grave o más aguda. El tono puede expresar diferentes emociones y actitudes, como alegría, tristeza, sorpresa, enfado, etc. Variar el tono te permite dar énfasis a las partes más importantes de tu mensaje, crear contrastes y matices, y evitar la monotonía. Por ejemplo, puedes usar un tono más alto para expresar entusiasmo o sorpresa, y un tono más bajo para expresar seriedad o autoridad.
• Variar el ritmo: El ritmo es la velocidad de la voz, que puede ser más rápida o más lenta. El ritmo puede expresar diferentes estados de ánimo y propósitos, como nerviosismo, tranquilidad, urgencia, reflexión, etc. Variar el ritmo te permite adaptarte al contenido y al contexto de tu mensaje, crear expectación y suspense, y evitar el aburrimiento. Por ejemplo, puedes usar un ritmo más rápido para transmitir dinamismo o urgencia, y un ritmo más lento para transmitir calma o reflexión.
• Variar el volumen: El volumen es la intensidad de la voz, que puede ser más fuerte o más suave. El volumen puede expresar diferentes grados de importancia y de confianza, como relevancia, irrelevancia, seguridad, inseguridad, etc. Variar el volumen te permite destacar las ideas clave de tu mensaje, crear contrastes y matices, y evitar la indiferencia. Por ejemplo, puedes usar un volumen más fuerte para resaltar un dato o una afirmación, y un volumen más suave para crear intimidad o complicidad.
La segunda forma en que la locución adecuada puede aumentar la retención de tu mensaje es facilitando la comprensión del mensaje. La comprensión es el segundo paso para que tu mensaje se retenga, ya que si tu audiencia no te entiende, no podrá asimilar ni recordar tu mensaje.
Para facilitar la comprensión del mensaje, tienes que usar tu voz de forma que transmita claridad y coherencia. Para ello, puedes usar las siguientes técnicas de locución:
• Articular bien: Articular bien es pronunciar correctamente las palabras, sin omitir ni distorsionar ningún sonido. Articular bien te permite evitar malentendidos y confusiones, y facilitar la identificación y el reconocimiento de las palabras. Por ejemplo, puedes articular bien haciendo una pausa entre las sílabas, pronunciando las consonantes finales, y evitando los vicios del habla, como las muletillas, los titubeos, o las repeticiones.
• Usar la entonación: La entonación es el conjunto de variaciones de tono que se producen en una frase. La entonación puede expresar diferentes tipos y funciones de las frases, como interrogativas, exclamativas, afirmativas, negativas, etc. Usar la entonación te permite dar sentido y estructura a tu mensaje, y facilitar la interpretación y el seguimiento de las frases. Por ejemplo, puedes usar la entonación subiendo el tono al final de una pregunta, bajando el tono al final de una afirmación, o manteniendo el tono al final de una enumeración.
• Usar las pausas: Las pausas son los silencios que se producen entre las palabras o las frases. Las pausas pueden expresar diferentes efectos y propósitos, como énfasis, transición, reflexión, etc. Usar las pausas te permite organizar y jerarquizar tu mensaje, y facilitar la asimilación y la digestión de la información. Por ejemplo, puedes usar las pausas haciendo una pausa breve entre las palabras, una pausa media entre las frases, y una pausa larga entre los párrafos.
La tercera forma en que la locución adecuada puede aumentar la retención de tu mensaje es generando persuasión y credibilidad. La persuasión y la credibilidad son el tercer paso para que tu mensaje se retenga, ya que si tu audiencia no te cree ni te acepta, no podrá valorar ni recordar tu mensaje.
Para generar persuasión y credibilidad, tienes que usar tu voz de forma que transmita confianza y seguridad. Para ello, puedes usar las siguientes técnicas de locución:
• Usar la expresividad: La expresividad es la capacidad de transmitir emociones y sentimientos con la voz. La expresividad puede expresar diferentes estados de ánimo y actitudes, como alegría, tristeza, sorpresa, enfado, etc. Usar la expresividad te permite conectar con tu audiencia, generar empatía y simpatía, y mostrar tu implicación y tu pasión por el tema. Por ejemplo, puedes usar la expresividad modulando el tono, el ritmo y el volumen según la emoción que quieras transmitir, y acompañando tu voz con gestos y miradas que refuercen tu mensaje.
• Usar la argumentación: La argumentación es la capacidad de sustentar y defender tu mensaje con razones y evidencias. La argumentación puede expresar diferentes tipos y niveles de pruebas, como hechos, datos, testimonios, ejemplos, etc. Usar la argumentación te permite convencer a tu audiencia, demostrar tu conocimiento y tu autoridad sobre el tema, y anticiparte y refutar posibles objeciones o dudas. Por ejemplo, puedes usar la argumentación presentando tus argumentos de forma clara y ordenada, apoyándolos con fuentes fiables y actualizadas, y contrastándolos con otros puntos de vista.
• Usar el feedback: El feedback es la capacidad de recibir y dar información sobre el proceso y el resultado de la comunicación. El feedback puede expresar diferentes tipos y formas de interacción, como preguntas, respuestas, comentarios, sugerencias, etc. Usar el feedback te permite adaptarte a tu audiencia, verificar su comprensión y su interés, y fomentar su participación y su colaboración. Por ejemplo, puedes usar el feedback haciendo preguntas abiertas o cerradas a tu audiencia, respondiendo a sus dudas o inquietudes, agradeciendo sus aportaciones o críticas, y solicitando su opinión o su valoración.